La partenogénesis es una forma de reproducción basada en el desarrollo
de células sexuales femeninas no fecundadas, que se da con cierta frecuencia en
platelmintos, rotíferos, tardígrados, crustáceos, insectos, anfibios y
reptiles, más raramente en algunos peces y, excepcionalmente, en aves. La
partenogénesis fue descubierta por Charles Bonnet. Jan Dzierzon fue el primero
en descubrir la partenogénesis de los zánganos de las abejas.
Puede interpretarse como reproducción asexual o como sexual
monogamética, puesto que interviene en ella una célula sexual, gameto o huevo.
Consiste en la segmentación del óvulo sin fecundar, puesta en marcha por
factores ambientales, químicos, descargas eléctricas, etc. En algunos casos
(peces), a los que nos referimos como geitonogamia, se requiere el contacto o
la fusión con un gameto masculino, pero no se completa la fecundación, no
contribuyendo con sus genes la célula masculina.
El producto, llamado partenote, no podrá llevar cromosomas
específicamente masculinos. Según la modalidad de la determinación del sexo,
eso puede limitar a los descendientes a sólo uno de ellos, como ocurre en las
abejas y otros insectos himenópteros, donde las hembras son diploides,
procedentes de huevos fecundados, y los machos haploides, partenogenéticos.
Aunque el procedimiento se ha intentado también con gametos masculinos,
no se ha logrado todavía el desarrollo de embriones, porque las células
masculinas están generalmente reducidas para la única función de fecundar,
mientras que las femeninas son característicamente totipotentes.
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